viernes, 24 de diciembre de 2010

La Dicha de Vivir

"Vivir, solo cuesta Vida"
Ropa Sucia - ¡Bang! ¡Bang! Estás liquidado (1989) - Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota


Quién puede negar que la oportunidad con mayúscula es la Vida. Una sucesión de oportunidades, tantas como mañanas, tantas como primaveras, incontables momentos, tantísimos instantes en donde siempre tuvimos y vamos a tener la maravillosa libertad de elegir, bien o mal, eso por hoy no nos interesa; si en cambio dos palabras, libertad y elección.
¿Y por qué una dicha? Precisamente por eso, porque vivir nos genera preguntas, nos llena de dudas, de curiosidad, esta curiosidad encausada en preguntas bien formuladas nos lleva a una respuesta, respuesta que alumbra sobre la oscuridad de la ignorancia, pequeña sabiduría adquirida gracias al interlocutor mudo o no, acertado o no; la cuestión es que la duda de si vivir es dicha es la respuesta a la pregunta que encabeza el párrafo. Todavía podemos dudar.
Es una dicha dudar, es una dicha vivir, y en esta línea de pensamiento es que quiero traer a colación al autor de esta tamaña afirmación, es un Hermano mío, es Lucho; primer tipejo que me vino con esta inquietud que comparto y hoy (en un exceso de tupé) me atrevo a llevar por escrito... si todas las problemáticas, sin sabores, amarguras, malos ratos, pérdidas, sufrimientos, que condimentan nuestro caminar, forman parte de la Vida... pues Lucho en primer lugar y luego yo, nos atrevemos a decir que todos estos "aparentes" malos momentos son una dicha, solamente por el hecho de formar parte de la Dicha Magna que es Vivir.
Es quizás una óptica diferente, puede ayudar o no, lo que si no podemos negar es que alegrías y tristezas forman parte de un todo, de la Vida y si vivir es una Gran Oportunidad, ¿por qué entonces no puede haber oportunidad para la tristeza? ¿por qué solamente la dicha debe ser alegre? ¿acaso la felicidad no pasa por el crisol del fuego para quedar pura como el oro? ¿acaso nosotros no debemos pasar por el colador de la tribulación?
Un día como hoy, hablando de la dicha no puedo dejar de recordarte, como no traerte desde el corazón sentarte frente a mí, atarte en un abrazo y decirte: juguemos una vez más, ¡Truco al tres! Pero esta vez por favor, dejame ganar. ¡Gracias Nono! ¡Gracias por dejar tantos vacíos llenos, Gracias Maestro por llevartelo a tu casa en la víspera de tu Nacimiento!

.egui.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Soledad


Nunca mejor acompañado. Yo disfruto mi soledad, aprendo de mi soledad, me conozco en mi soledad, charlo con mi soledad, discuto, me enojo pero siempre terminamos compartiendo una mirada y asegurándonos que nunca más nos vamos a poder separar. Tampoco queremos separarnos eso está claro, nos hemos ayudado tanto, tantísimos recuerdos compartidos, carcajadas solitarias y nuestras en la densidad de una noche llena de gente, de gente que no aprende a estar solo entre muchos.
Hago una aclaración (me molesta y debería no hacerla pero bueno...) cuando hablo de soledad no me refiero a un estado civil, o coyuntural, mucho menos despreciando la invaluable compañía de aquellos que tengo a mi lado; cuando hablo de soledad refiérome a la hermosa posibilidad de disfrutar y anhelar la soledad en lo cotidiano y no tanto.
Ella va a ser mi eterna compañera, ya nos elegimos, no importa el tiempo que pase sin vernos, los momentos sin nosotros, los distanciamientos, las ganas de cambiarnos por ruidos y aturdimiento, gentíos y masificación, nada importa a la hora de estar solos. Es el tremendo desafío de pasar de un estadio a otro, asevero que aquel que lo hizo cuesta mucho volver a lo mundanamente establecido; porque cuando se aprende a estar solo, cuando no aturde estar solo, cuando gusta estar solo, cuando se saborea la soledad, cuando nos encontramos estando solos, cuando queremos estar solos y dispuestos a convivir con nosotros podemos tener la oportunidad de encontar un fondo inagotable de conocimiento de nosotros mismos y de soledad.
Y aunque esto parezca de lo más egoísta... permítame una defensa adelantada. Solamente cuando tomemos conciencia y estemos dispuestos a conocer nuestra intimidad, nuestro interior, nuestra soledad y la aceptemos como buena compañera; recién ahí va a ser que estemos preparados para la relación con nuestro exterior, con nuestros amados, con nuestros pares.
Reivindico la vapuleada imagen vendida de la soledad, Soledad no es mala, no muerde, no le tengan miedo y tengan en cuenta que siempre estuvo.

.egui.