No estoy hablando de coyunturas esporádicas o lejanas; cosas de todos los días se van degenerando precisamente por ser de todos los días y no de un único día porque al tomar conciencia de que el día es único, creo fuertemente que toda acción, palabra o cualquier ejecución de la voluntad sería pasado más a menudo por el colador de la reflexión. Junto con la toma de conciencia de que el día es único, sería estúpido aclarar que cada instante que compone esta medida cronológica que dimos a llamar día, también es único. Y vamos llegando al meollo...
Haciendo el esfuerzo de tener presente que cuando algo se lleva a palabras o acciones ya no hay vuelta atrás, tal esfuerzo nos va a servir para darnos cuenta de algo que respetamos muy poco y nos antecede y nos trasciende; esto tan poco respetado es el Silencio. Y digo respetado porque el silencio ya existe, no es necesario hacer silencio, el silencio ya esta hecho, esa es la razón por la cual hay que respetarlo, y no hacerlo. El silencio es dueño de todo, amigo inseparable del aire, compañero de luces y sombras, de fuegos y celestes, de ocasos y crepúsculos, de agua y de tierra, de montañas y llanuras, de la pampa y la estepa, de andes y alpes, de sur a norte, de este a oeste.
Habita desde el lugar más grande al más pequeño y su mayor virtud... su silencio. Se humilla ante el ruido aunque es más fuerte, nos respeta aunque somos más debiles, nos escucha que no es poco y lo que me parece más maravilloso, se deja utilizar en todo momento si descubrimos el correcto uso y funcionamiento.
Por eso hagamos el esfuerzo de respetarlo, inclusive hasta en lo más cotidiano, no es necesario hablar todo el tiempo, más aún si estamos acompañados, dejemos lugar a Silencio. No es obligación hacer ruido siempre a pesar de que la urbanización lo enseñe, en cambio, si es menester, respetarte Silencio...
Ahora bien, si lo respetamos, estemos preparados porque cuando se le da lugar, Silencio sabe hacer ruido, sabe gritar y hacerse oir con inefables alaridos que desgarran íntimas fibras pero con una hermosa diferencia... todo eso lo hace en nuestro fuero interno.
.egui.