¿Por qué se pregunta? ¿A quién pregunta? ¿Para qué pregunta? ¿Cómo pregunta?
Evidentemente la pregunta en el uso cotidiano de la misma ha llegado a ocupar lugares que no le corresponden, un saludo habitual de los tiempos que corren es: ¿Cómo andás? cuando en realidad el saludo es otro: un apretón de manos, un abrazo, un beso, un choque de palmas y después de esto sí viene la pregunta como el móvil que lleva a disparar la primera charla de la jornada, del momento presente. Y usted me dirá, yo no logro discernir los dos momentos, el del saludo y el de la pregunta; y un poco de veracidad tienen tal comentario porque pasa que a veces saludamos a personas afines, queridas por nosotros, la diferencia de los momentos es notoria, cuando las personas son desconocidas, etc.! o digame usted si después de saludar al novio de la prima segunda de la tía Pochi que se fue a vivir hace 25 años a Kazajistán, a usted le causa el mismo efecto?
Entre el saludo y la pregunta va a existir un abismo de tiempo, de distancia y de sensaciones que nos hacen percatar de que existen dos momentos que no siempre son compatibles, en especial con aquellos que acabamos de conocer o con quienes no nos agradamos.
Volviendo a la pregunta, hagamos el esfuerzo para que cada vez que preguntemos estemos esperando anciosamente la respuesta, para aprender, para conocer, para que nos den luz, para que nos guien; más aún intentemos por todos los medios de sacarle fruto a esa respuesta!
En cambio, si usted pregunta y ya tiene su esquema responsorial armado, si usted pregunta animoso de escuchar algo incorrecto, si usted pregunta y deja de escuchar, si usted pregunta y desestima, si usted pregunta y se responde solo, si usted pregunta y no existe de su parte apertura... Yo le pido por favor no pregunte más! No está dispuesto a que venga una respuesta! No moleste! Ni mucho menos interrumpa!
Es menester en los tiempos que corren saber preguntar, no desestimemos tamaño móvil que siempre tiene por fin arrimar conocimientos sobre la oscuridad de la ignorancia. Aprendamos a preguntar y estemos presurosos de escuchar una respuesta porque nunca más vamos a poder volver al estadio anterior.
.egui.
Realmente tengo que decir que arranqué a hacer un comentario, pero finalmente la extensión del mismo fue digno de una nueva publicación que sirve como reflexión de tus palabras... Así que allí yace el comentario hermano, descansando en las ventanas del divague...(me imagino unas ventanas sin necesidad de paredes.... lo tenía que decir...) Y ciertamente... PUCHA LO QUE ES ENTENDERSE...
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