miércoles, 2 de enero de 2019

"Siempre sin paraguas, siempre a merced del aguacero"

Vivo el día a día, como cualquier tipo pero... siento la carga. Entiendo que lo que me toca vivir en estos días no me deja ver con claridad los días venideros. Mas que me importa mirar para adelante. Pareciera que todo va por detrás, el fenómeno se presenta inmodificable, le guste a quién le guste. Si claro, podremos escudriñar en los campos de las voluntades personales aquellas decisiones que nos fueron llevando a tales consecuencias, pero la verdad, que ese argumento me tiene un poco asqueado.

El día a día me quita lugar a la proyección. A decir verdad, nunca fui muy bueno para estas cosas tampoco, no está Ud. en presencia de un eximio planificador ni mucho menos. Pero de alguna manera me veo cercenado en mi libertad de elegir. El contexto condiciona, el afecto también.

A medida que intento profundizar, a pesar de todas mis limitaciones, me veo en la necesidad de preguntarme si este postergar/se que uno atraviesa no tendrá que ver con otras cuestiones no resueltas en uno y que a colación de las cañadas oscuras que ahora tocan atravesar uno viene a levantar la bandera, no sin bronca, de ¡eh pasa que ahora no puedo elegir!

Tantas veces recuerdo haber pronunciado eso de: "no se puede elegir lo que te pasa pero si que hacemos con lo que nos pasa". Hoy me suena a Osho, a "fluir", a "soltar", y a toda esa caterva de pensamientos rastreros, playos, de segunda mano que suelen caerle bien a esa parte del mundo con la cual no comparto nada. Salvo el mundo.

Medio roto, bastante cansado, en un impulso casi irrefrenable vengo una vez más a abonar este espacio que al parecer es sostenido por un autor en franco declive literario.

.egui.

1 comentario:

  1. Sabe usted querido autor que no soy amante de los paraguas, pero si de la estrategia. Cuente conmigo en caso de ser útil para usted ese mi amor.

    ResponderEliminar