martes, 2 de enero de 2018

"En todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío.¨
Ernesto Sábato

Tiene la sensación de soledad propia de aquel que transita la tormenta, la oscuridad, la montaña de noche, la callejuela sin iluminación, el mar a oscuras, el camino sin referencias, pero un empujón que lleva a seguir adelante no lo abandona. Hace tiempo dejó atrás los amuletos, las costumbres, los hábitos del errante.
Quizás es ingrato con la compañía (lo cual constituye una paradoja para con el primer párrafo) pero es posible estar solo entre muchos. La soledad adquiere la forma necesaria para acomodarse a las carencias de uno.
Disfruta de a ratos los cruces de camino. Pero no hay manera de permanecer en el cruce, si se pudiera permanecer este sería camino y ya no un cruce. No puede terminar de disfrutar la intensidad del cruce con los afectos. Pareciera que hay algo que no le permite gozar de su milagro de hoy. Muy probablemente sea él ese impedimento. Siente que se posicionó en una sintonía que no tolera varios oyentes, es más, tolera uno solo. Es muy difícil dejarse ayudar.
Categorías como siembre/cosecha, don/mandato, mérito/demérito, gracia/pecado, vicio/virtud, culpa/inocencia, funcionan en él permanentemente tratando de ordenar una realidad atropellante que no se deja encasillar, mucho menos analizar, de momento solo se deja vivir. Sus intentos por buscar causas, atacarlas, procesar información, aprender; no cesan. Esto lo cansa.
¿Quién pudiera escrudiñar las causas de las causas?
¿Quién con la capacidad para entender lo que pasa?
¿Quién con la mansedumbre para tratar a los dolientes?
¿Quién con la prudencia para gestionar el accionar virtuoso?
¿Quién con la humildad suficiente para dejarse ayudar?
¿Quién desde el más humano de sus rincones no puede disfrutar?
¿Quién para entender que hay momentos que no vuelven más?
Dejar pasar el tiempo no constituye ningún esfuerzo, pues el tiempo no necesita de la fuerza de uno para seguir andando, el tiempo pasa sin más. Pero esto que no requiere virtud, tampoco trabajo, parece ser el único instrumento esperanzador.
Dejará pues, pasar el tiempo... actuará con lo que tiene, con lo poco que tiene para dar batalla y tratar de estar a la altura de aquellos que lo quieren, y lo quieren bien.
Andará, equivocará, llorará, insultará mirando el cielo, mascará bronca, pateará una piedra imaginaria o no, empujará, golpeará puertas equivocadas, abrirá otras, descuidará a los suyos, se desgastará, se romperá. Pero algo sigue vivo en él, Alguien vive en él.

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